El campo andaluz no comparte la euforia del Gobierno central sobre el acuerdo básico alcanzado en Bruselas para cerrar el presupuesto de la Unión Europea para el periodo 2021-2027. El Marco Financiero Plurianual será inferior al actual, sin llegar a 1,1 billones de euros que pedía la Comisión Europea y también países como España, y los fondos destinados a la agricultura y la ganadería, a través de la Política Agraria Común (PAC), se recortarán en un 10%, pese a que las peores previsiones que se manejaban en el mes de mayo establecían una bajada del 9%.
Así, tal como cuenta la periodista Inma Lopera en ABC, de los 382.800 millones de euros del periodo actual 2014-2020 se pasará a un montante de 343.944 millones para 2021-2027, lo que representa según denuncia el coordinador de los Servicios Técnicos de ASAJA-Sevilla, Antonio Caro, «un recorte de casi 39.000 millones de euros en la UE-27 en el periodo, de los cuales, 27.500 millones corresponderían a pagos directos y medidas de mercado y 11.350 millones de euros a recortes en Desarrollo Rural»
Los recortes serían de un 9’6% en pagos directos y ayudas de mercado (Primer Pilar) y del 11% en Desarrollo Rural (Segundo Pilar), incluyendo ya los 7.500 millones de los fondos de la recuperación destinados al desarrollo rural (aunque inicialmente se barajaba una partida de 15.000 millones).
Sin tener cálculos definitivos del reparto por países, pero teniendo en cuenta el peso de España en los fondos agrícolas de la UE (más del 13% del Primer Pilar y un 8,5% en Desarrollo Rural), los agricultores españoles podrían llegar a perder 4.742 millones de euros en el periodo, o lo que es lo mismo, 677 millones anuales.
Pérdidas en Andalucía y en Sevilla
Trasponiendo las cifras a Andalucía, que recibe un 27% de los fondos de la PAC, «las pérdidas para el campo andaluz supondrían 1.280 millones de euros en el periodo, y el recorte estimado para el campo sevillano asciende a 300 millones de euros, lo que supone 43 millones de euros anuales que dejarían de invertirse en la agricultura y en la ganadería de la provincia», destaca el coordinador de los servicios técnicos de ASAJA-Sevilla, Antonio Caro.
Se trata de unas estimaciones que la patronal agraria hace «en precios de 2018 (constantes), que es como las Instituciones Europeas diseñan sus presupuestos», y es aquí donde radica la principal diferencia dialéctica que enfrenta a las organizaciones agrarias con el ministro de Agricultura Luis Planas, que niega recorte alguno y asegura que «el Gobierno ha cumplido el objetivo de mantener el presupuesto para agricultores y ganaderos en la próxima PAC».
Así, mientras que las organizaciones hablan en precios constantes, el ministro hace sus cuentas «en precios corrientes», es decir, incluyendo una inflación anual promedio del 2% que se va sumando y el montante final, por tanto, es más elevado.
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