La Dirección General de Sanidad de la Producción Agraria, del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, ha autorizado de forma excepcional, desde el próximo 20 de agosto hasta el 20 de septiembre  de 2021 (ambos inclusive), la comercialización y utilización de los productos fitosanitarios formulados a base de tidiazurón 50% (WP) P/P, como defoliante en el cultivo del algodón en Andalucía (únicamente en las provincias de Sevilla, Cádiz, Córdoba, Huelva y Jaén).

 La Red de Alerta e Información Fitosanitaria de Andalucía (RAIF) informa sobre el estado fitosanitario en el que se encuentra actualmente el cultivo del algodón.

Como señala la RAIF, la fenología dominante en el cultivo es 1C (Primeras cápsulas pequeñas) y se observa presencia de flores de forma generalizada. El estado más atrasado es B (Botones), en los algodones más tardíos, y el estado más avanzado es 1G (Primeras cápsulas grandes). Hay cápsulas grandes en el 35% de las parcelas muestreadas esta semana.

La Red de Alerta e Información Fitosanitaria de Andalucía (RAIF) informa en su página web de la autorización provisional en Producción Integrada, hasta que tenga lugar su inclusión definitiva en el Reglamento Específico de algodón de Andalucía, de la sustancia activa Tau -fluvalinato 24 %, para el control integrado de pulgones y trips en algodón.

La Dirección General de Sanidad de la Producción Agraria del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, ha autorizado excepcionalmente la comercialización y uso de los productos fitosanitarios formulados a base de fluxapyroxad 33,3% (FS) P/V como fungicida contra Rhizoctonia solani en las semillas de algodón y la siembra de dichas semillas.

La autorización de comercialización y uso tendrá vigencia a partir del 15 de noviembre de 2021 hasta el 14 de marzo de 2022, ambos inclusive.

La Red de alerta e Información Fitosanitaria de Andalucía (RAIF), informa sobre el estado fitosanitario en el que se encuentra actualmente el cultivo del algodón. Según publica, en las parcelas más adelantadas fenológicamente están apareciendo los primeros botones florales, observándose éstos en el 5% de las parcelas de Córdoba, y en el 30% de las parcelas de Sevilla y Cádiz. Además, se han detectado ya las primeras puestas de Heliotis (Helicoverpa armigera) en estas tres provincias algodoneras, observándose las primeras larvas pequeñas solo en Sevilla, con unos índices de presencia bajos. En esta última provincia, y en algunas parcelas puntuales, se ha superado el umbral de tratamiento, por lo que se ha tenido que realizar aplicaciones fitosanitarias para controlar a la plaga.

El cultivo del algodón se encuentra prácticamente sembrado en su totalidad, salvo algunas pocas parcelas, que lo harán esta misma semana. Como informa la Red de Alerta e Información Fitosanitaria (RAIF), el estado fenológico dominante es “V” (Desarrollo vegetativo). Las parcelas más tardías se encuentran en cotiledones, mientras que las más tempranas están en los primeros botones florales. Esta campaña se ha empezado a sembrar algo más tarde que el año pasado, por lo que la fenología está algo retrasada. Se ha tenido que resembrar, tanto parcial como totalmente, un número muy bajo de parcelas, en casi todas las provincias algodoneras; siendo varias las causas, en algunos casos ha sido por la falta de agua, y en otros por exceso de ésta, ya que las escasas lluvias de la primavera han sido en algunas zonas concretas y días concretos, muy intensas.

Con las siembras de algodón prácticamente terminadas en Andalucía, el sector algodonero se centra en el devenir de la nueva campaña, que llega con muchas incertidumbres, especialmente climáticas. Como publica en ABC la periodista Inma Lopera, las precipitaciones acumuladas a lo largo del presente año hidrológico en la cuenca del Guadalquivir se encuentran un 18% por debajo de la media establecida en los últimos 25 años, según datos de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, por lo que las dotaciones hídricas aprobadas en la última Comisión de Desembalse han sido muy ajustadas, en torno a 2.800 metros cúbicos por hectárea, lo que obliga a los algodoneros a ser aún más eficientes, de lo que ya lo vienen siendo, en la utilización del agua para riego.