La Comisión Europea hizo pública el pasado mes de diciembre, su Comunicación sobre “Ciclos sostenibles del carbono” (COM(2021) 800 final), que aborda una cuestión del máximo interés para el sector agrario como es la captura de carbono en suelos agrícolas.
Esta Comunicación, a la que seguirá una propuesta legislativa sobre cómo certificar la eliminación de dióxido de carbono que se deberá publicar antes de que termine el año 2022, debe servir para desarrollar medidas que aprovechen al máximo el potencial que posee la agricultura para combatir los efectos del cambio climático.
La citada Comunicación concibe un nuevo modelo empresarial “ecológico”, la agricultura del carbono (carbon farming), que remunere al agricultor por aquellas prácticas de manejo del suelo que potencien el almacenamiento de carbono atmosférico o bien limiten el carbono que se libera a la atmósfera.
La Comunicación reconoce igualmente el papel de la financiación pública en el marco de la PAC y otros programas de la UE (LIFE, los fondos de cohesión, Horizonte Europa) para apoyar la agricultura de carbono mediante la puesta en marcha de prácticas de manejo, así como, por ejemplo, cubriendo los costes adicionales relacionados con el seguimiento, la notificación y los aspectos de verificación, o impulsando proyectos que mejoren la comprensión de las prácticas de cultivo de carbono y llenen los vacíos de conocimiento existentes. Los servicios de asesoramiento, el intercambio de conocimientos o las acciones de información para agricultores y silvicultores se reconocen como esenciales para la adopción de la agricultura de carbono, abriendo la posibilidad a que también puedan financiarse con cargo a la PAC o mediante ayudas nacionales.
Según la Comunicación, la financiación pública nacional o de la UE de los costes inherentes a los programas de cultivo de carbono se propone aliviar significativamente la carga financiera y reducir los riesgos para los gestores de tierras que participen en dichos programas. Por lo tanto, la financiación pública se considera fundamental para complementar posibles ingresos provenientes de la iniciativa privada, asegurar el interés de los gestores de tierras en este modelo comercial y generar confianza en la agricultura de carbono. La Comisión incorporará la agricultura de carbono en el apoyo público de la UE, promoviéndola especialmente en los planes estratégicos nacionales de la PAC.
Tal y como venimos contando desde que comenzó su andadura, el proyecto LIFE Agromitiga (Desarrollo de estrategias de mitigación del cambio climático a través de una agricultura inteligente en el uso del carbono) dirige sus esfuerzos en la dirección apuntada por la mencionada Comunicación, promoviendo conceptos y prácticas agrícolas sostenibles aplicables tanto a nivel local como europeo, mediante el desarrollo de herramientas y actuaciones que potencien la capacidad mitigadora del suelo como sumidero de carbono.