En los meses de verano la cigarra (Cicada barbara) aparece en estado adulto en el cultivo del olivar, con cierta predilección por las zonas con suelos arcillosos. Como informa la Red de Alerta e Información Fitosanitaria de Andalucía (RAIF), se trata una plaga secundaria que, aunque normalmente carece de importancia, en algunas ocasiones puede convertirse un problema importante, especialmente en plantaciones jóvenes e injertos. Este año su presencia es generalizada en todas las provincias, con una incidencia mayor que en campañas anteriores, y los daños han sido más elevados.
Durante el verano, debido a las altas temperaturas registradas, las demás plagas del cultivo, como la mosca del olivo, disminuyen su actividad, cobrando mayor importancia este agente.
Este hemíptero, perteneciente a la familia Cicadidae y al género Cicada, se alimenta de la savia de los olivos clavando sus estiletes en las ramas. Sus ninfas pasan varios años viviendo en el suelo, alimentándose de raíces. Al finalizar este período, que coincide con los meses de julio y agosto, emergen del suelo, y sobre un lugar elevado (tronco, ramas, etc.), se fijan, abandonan la exuvia (muda) y se transforman en adultos.
El principal daño causado por esta plaga se debe a la puesta de huevos. Las hembras secan los brotes del olivo mediante las incisiones del oviscapto, especialmente si no hay otro tipo de vegetación disponible para la oviposición. Esto puede llevar a la pérdida de brotes y, en consecuencia, afectar el desarrollo del árbol. Las características de su ciclo biológico condicionan que los ataques de chicharra sean cíclicos, en cuanto a su intensidad, ya que hay años en los que emergen muchos adultos (con un mayor daño sobre el cultivo) y otros en los que hay una mayor parte de los individuos en estado de ninfa.
Para realizar el seguimiento, según la guía de Gestión Integrada de Plagas del cultivo del olivo, es necesario buscar las incisiones que hace la hembra en brotes nuevos, que se caracterizan como pequeños cortes.
Es importante prestar especial atención en plantaciones jóvenes e injertos, ya que estos son más vulnerables a los daños provocados por esta plaga provocando la seca de estos.
En la provincia de Sevilla, en la segunda quincena de junio se detectaron los primeros individuos, alcanzado a lo largo del mes de julio el punto máximo en la actividad de los adultos, y a principios de agosto comenzó a observarse una leve disminución de emergencias de adultos o mudas, bajando así la incidencia de esta plaga. En las zonas más adelantadas comenzó a descender la actividad a finales de julio, y a lo largo de agosto en zonas más tardías de sierra. En estos momentos la incidencia es ya baja.
La principal medida preventiva consiste en retrasar la eliminación de las varetas (brotes del tronco) hasta pasada la primera mitad del verano. Esto permite que las cigarras depositen sus huevos en ellas, facilitando así la posterior eliminación de la puesta al retirar las varetas o brotes tiernos.