Tal como confirma la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) el verano de 2022 ha sido extremadamente cálido, el de mayor temperatura media de la serie histórica, superando por 0,4ºC al de 2003, el más cálido hasta la fecha. Se trata de un verano en el que hemos sufrido tres olas de calor extraordinarias. En total, España estuvo bajo ola de calor 42 días, es decir, prácticamente mla mitad del verano, superando con creces el anterior récord de 29 días, ocurrido en 2015.
Además del calor, las precipitaciones fueron escasas, especialmente en junio y julio, ya que ambos meses fueron muy secos. Con esta situación, España en su conjunto terminó el verano en sequía meteorológica, situación en la que permanece desde enero de 2022. El año hidrológico actual, que comenzó el 1 de octubre de 2021 y terminará el próximo 30 de septiembre, está siendo muy seco: con unas lluvias actualmente inferiores en un 25% al valor normal, es probable que cuando finalice acabe situándose entre uno de los tres más secos de la serie histórica.
Obviamente esta situación ha afectado especialmente al campo andaluz y sevillano, que vive su quinto año de déficit hídrico. Como abordamos en este nuevo número de nuestra revista Tierra y Vida, todos los sectores y cultivos se han visto afectados. Agricultores y ganaderos han sufrido una merma notable de sus producciones y de sus rentas, además de un importante sobrecoste, especialmente en el caso de los ganaderos, que han tenido que recurrir antes de tiempo a piensos y forrajes para alimentar a sus rebaños y, en muchas ocasiones, han tenido que recurrir además al acarreo de agua mediante cubas, puesto que en muchas fincas se han secado las charcas y se han agotado los pozos.
ASAJA ha hecho una primera estimación de pérdidas a nivel nacional -más de 8.000 millones-, que en Andalucía iremos actualizando en función de la evolución de los últimos datos. En cualquier caso, es necesario que desde las administraciones tomen nota y que, a corto plazo y de manera inmediata, doten de ayudas a las explotaciones que están viviendo una situación límite y promuevan medidas que permitan una reducción general de los costes. A medio plazo es imprescindible que se produzca un cambio de estrategia en relación con las infraestructuras hidráulicas. El agua es vida para nuestros pueblos y nuestros campos y es imprescindible para que los agricultores y ganaderos podamos garantizar la alimentación de la población a un precio razonable.
Además de este asunto, informamos también en este número de la evolución de los mercados de cereal y girasol tras un verano convulso, la bajada de cosechas de cereal a nivel internacional que está tensando el mercado español, las previsiones de producción de algodón y de aceituna de mesa, que descenderán drásticamente por la sequía y de otros asuntos que consideramos de interés para nuestros agricultores y ganaderos.
