La Red de Alerta e Información Fitosanitaria de Andalucía (RAIF) informa de cómo ha evolucionado el cultivo de los cítricos durante el pasado mes de diciembre.
En cuanto a la meteorología registrada durante el mes de diciembre de 2022 en las principales provincias/zonas citrícolas de Andalucía destaca, respecto al mes de noviembre de 2022, el descenso de las temperaturas máximas hasta valores en torno a los 18.4 °C, lo que representa un aumento respecto al histórico (2000-21) del 14%. En cuanto a las mínimas, estas han disminuido hasta los 8.9 °C, lo que representa un aumento respecto al histórico (2000-21) de casi el 52%. Respecto a las precipitaciones, las provincias citrícolas han registrado acumulados en torno a los 161 l/m2, siendo estos superiores al histórico (2000-21), en concreto un 117%. En resumen, diciembre de 2022 ha sido significativamente más cálido y lluvioso de lo normal.
El registro de temperaturas máximas, cálidas para la época, y el ligero descenso de las mínimas, ha favorecido el avance fenológico de los cítricos andaluces durante diciembre. En este mes ha finalizado la recolección de las variedades Tempranas ya en M “Maduración”. Las variedades Medias han alcanzado el estado K “Envero”/ M “Maduración”, procediéndose a su recolección. Dicho estado viene adelantado respecto a campañas anteriores debido a la amplia diferencia entre las temperaturas máximas y las mínimas que se viene registrando desde inicios de octubre. Finalmente, las Tardías han alcanzado el estado J ”Fruto al 40% de desarrollo”/ K “Envero”, observándose, al igual que en las Medias, cierto adelanto.
En cuanto a plagas y enfermedades presentes en esta época del año destacan las siguientes:
-Históricamente, diciembre es un mes en el que el riesgo de picada de la mosca de la fruta (Ceratitis capitata) comienza a disminuir conforme bajan las temperaturas. Sin embargo, en esta campaña ha ocurrido que, este mes ha sido muy suave, lo que en principio hubiera elevado el riesgo de picada. Han sido las frecuentes precipitaciones las que finalmente han mantenido a esta plaga con una baja actividad, con registros por debajo del umbral de las 0.5 moscas/trampa/día, registrando el índice de picada valores por debajo del 1%. Por provincias ha destacado, en todo caso, Málaga al registrar un pico de capturas a mediados de diciembre por encima de dicho umbral.
Para la toma de decisiones relacionadas con su control poblacional la RAIF recomienda la instalación de trampas para el monitoreo de adultos y periódicamente el muestreo de frutos. El control de este díptero en los frutales huésped que se encuentren en las inmediaciones de la parcela, y la utilización de técnicas de trampeo masivo cuando se inicie el envero, y durante la maduración, son medidas que contribuyen a la disminución de su población. Además, tanto la eliminación de la fruta del suelo como no dejar fruta madura en el árbol son prácticas que evitan los focos para nuevas generaciones.
-La araña roja (Tetranychus urticae) es un ácaro que produce daños en hojas y frutos, principalmente en mandarinos, mientras las temperaturas se mantengan cálidas, pudiendo soportar temperaturas calurosas refugiada en el envés de las hojas. Sin bien, la ola de calor de julio, por su larga duración, mantuvo baja sus poblaciones, el registro de temperaturas suaves en agosto, septiembre, octubre y noviembre, especialmente en las provincias costeras, contribuyó a su recuperación poblacional. En diciembre, aunque las temperaturas se han mantenido suaves, fueron las frecuentes precipitaciones acaecidas las que ejercieron un control natural de la plaga al, entre otros, ocasionar su “lavado”. Por provincias ha destacado, en todo caso, Málaga al registrar una media del 3.2% de hojas con formas móviles.
-En cuanto a ácaro rojo (Panonychus citri), principalmente plaga de los naranjos, ha destacado, igualmente, la provincia de Cádiz al registrar una media del 3.3% de hojas con formas móviles. Tanto en este caso, como en el de la araña roja, el Reglamento de Producción Integrada de Cítricos recomienda su control poblacional previa evaluación de los niveles de fauna auxiliar.
-En esta época hay que prestar atención a la presencia de Eutetranychus spp. Este género de ácaros históricamente comienza a observarse con mayor incidencia a partir de mediados de junio-principios de julio, pudiendo provocar daños importantes al finalizar el verano y a inicios del otoño. En este mes de diciembre, una vez que sus poblaciones se han ido recuperando tras la ola de calor registrada en julio, destaca su presencia en las provincias de Cádiz y Huelva donde se registran valores en torno al 4.2% de hojas con formas móviles.
Aunque, como se ha dicho anteriormente, las precipitaciones ejercen un “lavado” de los ácaros, en este caso concreto las especies banksi y orientalis tienen una pronta recuperación poblacional. Habrá que tener en cuenta que, su presencia en hojas y frutos puede aumentar rápidamente hasta colonizar en pocas semanas la mayor parte del árbol en condiciones ambientales favorables. Los síntomas causados son muy similares a los producidos por el ácaro rojo (Panonychus citri): plateado de las hojas y frutos, pudiendo provocar una caída importante de hojas en condiciones de estrés hídrico y vientos secos.
-Es importante el muestreo de cotonet (Planococcus citri) en zonas de contacto entre frutos o entre frutos y hojas. Como recomendación general, dicho muestreo debe intensificarse en torno al estado fenológico cierre del cáliz, momento en el que se desplaza hacia el ombligo del fruto (en las del grupo Navel especialmente) aumentando así su vulnerabilidad ante un posible tratamiento.
Durante el mes de diciembre se han detectado ninfas y adultos sobre hojas y frutos. Aunque en general la incidencia ha sido baja, hay parcelas en las provincias de Cádiz y Huelva donde se registra una presencia moderada de esta plaga en forma de focos difíciles de controlar. Durante este mes, estas dos provincias registran cerca de un 2% de frutos con colonias. Es muy importante, entre otros, el control poblacional de las hormigas y/o evitar que suban a los árboles, ya que son el principal agente dispersor y protector de esta plaga al obtener nutrientes de ella.
-En cuanto a enfermedades, durante el mes de diciembre se han registrado frecuentes precipitaciones, beneficioso para las necesidades hídricas del cultivo pero que aporta agua libre y una elevada humedad relativa en el ambiente que, junto a las suaves temperaturas registradas, favorece el inicio y desarrollo de ciertas enfermedades que afectan a los cítricos.
Así, respecto al aguado (Phytophthora spp.) destaca la provincia de Huelva al registrar una media del 3% de frutos afectados. En esta misma provincia también destacar alternaria (Alternaria alternata pv. citri), enfermedad que afecta a un grupo de variedades de mandarinas híbridas, registrándose una media del 9.2% de árboles con síntomas.
Por último, de manera anecdótica, porque no es frecuente que se dé en nuestras zonas, se informa sobre los daños observados de antracnosis (Colletotrichum spp.) en hojas y ramillas. Y es que, el otoño de 2022 ha sido más cálido de lo normal si lo comparamos con la serie histórica 2000-21. Si a ello le sumamos las precipitaciones que se han registrado se obtiene como resultado un ambiente favorable para el inicio y desarrollo de la antracnosis. Lo normal es que dichas condiciones meteorológicas se den en primavera, no en otoño con el descenso de las temperaturas esperado. En la provincia de Huelva por ejemplo, con una proporción de superficie casi a partes iguales de naranjo y mandarino, se ha observado una mayor incidencia en naranjo, registrándose a mediados de diciembre una media del 16% de árboles afectados.
El control químico de esa enfermedad se basa en la aplicación de fungicidas preventivos, principalmente con formulaciones a base de cobre, cuando se vayan a dar las condiciones meteorológicas citadas. La época de tratamiento es aquella en la que se desarrollan las yemas, hojas, brotes y flores (antes de la floración).
Respecto a estas enfermedades, se recomienda llevar a cabo medidas profilácticas como: mantener los árboles podados de forma que se facilite una buena aireación; mantener las calles limpias de restos de material que pudiera favorecer la proliferación hongos, y controlar el vigor del cultivo, evitando entradas en brotación extemporáneas que suministren material sensible.