El cultivo de la patata está ampliamente extendido en España, con algo más de 46.000 hectáreas dedicadas a este cultivo, ofreciendo Andalucía, gracias a su climatología, tubérculos casi todo el año, con unas 8.200 hectáreas. El 51,3 % de la superficie total de Andalucía se encuentra en Sevilla, seguida por Cádiz con un 19,8 %, Málaga con un 9 % y Granada con un 8,7 %. (Fuente: Consejería de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural, y ESYRCE)
En Andalucía, atendiendo a la fecha de siembra, nos podemos encontrar 4 tipos de patatas:
- Patata Extratemprana: Se siembra en septiembre-octubre y se recolecta entre el 15 de diciembre y el 15 de abril del año siguiente.
- Patata Temprana: Se siembra entre diciembre y enero para ser cosechada entre el 15 de abril y el 15 de junio.
- Patata de Media Estación: Se siembra en febrero-marzo y se arranca entre el 15 de junio y el 15 de septiembre.
- Patata Tardía: Se siembra en verano y se recoge entre el 15 de septiembre y el 15 de enero del año siguiente.
Como informa la Red de Alerta e Información Fitosanitaria de Andalucía (RAIF), de estos tipos de patata, en Andalucía, la patata Temprana es la que tiene mayor relevancia, suponiendo alrededor del 61 % del total de la superficie sembrada; seguida de la patata de Media Estación que ocupa sobre el 21 %. Todos los tipos de patatas se pueden sembrar tanto al aire libre como bajo plástico. Sin embargo, la patata Extratemprana y la Temprana que se cultiva en invernaderos suele tener un adelanto de un mes.
La planta de patata es de clima frío-templado, siendo la temperatura idónea para cultivarla entre 13 ºC y 18ºC. El frío o el calor excesivo puede afectar a su desarrollo, así como la humedad ambiental y del suelo. Controlar la humedad del suelo es fundamental en el cultivo de la patata. La luz es un factor determinante en el desarrollo de la planta; con días cortos, de menor número de horas de luz, se favorece la formación de los tubérculos o tuberización, mientras que los días largos favorecen el crecimiento vegetativo. Sin embargo, cada variedad posee un fotoperiodo crítico diferente.
La patata necesita un suelo libre de piedras y obstáculos que impidan su desarrollo. Es por lo que es necesario mullir y airear bien el terreno donde se vaya a sembrar. La textura del suelo debe ser franca o franca-arenosa, con un pH entre 5.5 y 8. La densidad de plantación puede oscilar entre 30.000 y 60.000 tubérculos por hectárea, dependiendo del ancho de surco elegido y la distancia entre tubérculos. Lo habitual es plantar en surcos de 70-80 cm, con unos 25-40 cm entre tubérculos. El calibre del tubérculo también es determinante a la hora de elegir la densidad final de siembra. La profundidad del tubérculo puede oscilar entre 10 y 20 cm, dependiendo del tipo del suelo y de la variedad. Se recomienda que la siembra se realice con un suelo con tempero, por debajo del 80 % de la capacidad de campo.
Previo a la siembra se recomienda realizar un análisis de suelo con el objetivo de conocer las cantidades exactas de los macronutrientes (N, P, K) y materia orgánica existentes en el suelo, para poder elegir el abono de fondo adecuado a las necesidades nutricionales del cultivo.
Posterior a la siembra, y antes de la emergencia del cultivo, se aconseja aplicar un herbicida autorizado en Registro Oficial de Productos Fitosanitarios para controlar las futuras nascencia de malas hierbas en el cultivo.
En cualquier caso, se aconseja acudir a un técnico asesor especializado en este cultivo.