El consejero de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural, Rodrigo Sánchez Haro, presidió ayer en el Paraninfo de la Universidad de Almería, la gala de los Premios de Andalucía de Agricultura y Pesca 2017, que pretenden evidenciar el carácter innovador y emprendedor del sector agrario y pesquero andaluz. Así, fue reconocida la labor de un elenco de empresas, entidades, profesionales y ciudadanos en general que, a su juicio, son “responsables directos de la excelencia, la calidad y la sostenibilidad de los productos de nuestro campo y nuestro mar y de su conquista de los mercados internacionales para generar futuro en nuestro medio rural”.
Menciones especiales ‘Miguel Manaute’
El consejero dedicó unas palabras especiales a las dos menciones ‘Miguel Manaute’, porque “han dado mucho para que nuestro campo sea hoy lo que es”. Así se refirió a Francisco Vargas, el recientemente desaparecido presidente de Asaja-Almería, y a Ángeles Arquero, por su dilatada trayectoria profesional, vinculada a la Administración agraria, de quienes destacó su “incansable” vocación de servicio, tanto en su responsabilidad al frente del Servicio de Seguros y Adversidades Climáticas, como al frente de la Dirección General de Ayudas Directas y Marcados.
Francisco Vargas Viñolo, natural de Albuñol pero criado en el Poniente almeriense, ha sido una de las principales figuras del sector agrario almeriense y andaluz de los últimos años. De familia de agricultores, y como reconoció la Consejería de Agricultura, es un claro ejemplo de lo que ha sido y es el campo almeriense. Accedió a la presidencia de la organización agraria Asaja en 2001.
Trabajador incansable, carismático y muy reivindicativo, sus deseos de mejorar la situación de los agricultores almerienses le llevaron a formar parte activa de Asaja-Almería, donde durante 17 años ha sido su cara visible. Dedicó su vida a esta organización de forma intensa, trasladando su personalidad y fuerza a todos aquellos con los que se rodeaba y ganándose el respeto y el cariño de todo aquel con el que se codeaba, convirtiéndose en una de las voces imprescindibles del sector.
La Consejería también hizo hincapié en su implicación y su deseo de dar al sector agrario el papel que merece y, por supuesto, de la mano de Asaja, de que estuviera presente en aquellos foros en los que la agricultura, los recursos hídricos o las negociaciones agrarias tuvieran lugar, para que los agricultores y ganaderos almerienses tuvieran voz en Andalucía, Madrid o Bruselas, siempre con profesionalidad y con el compromiso por bandera para trabajar por el bien general de la agricultura y la ganadería.
"Su generosidad en el día a día con sus compañeros de batalla, trabajadores, amigos y familiares son una semilla que, sin duda, ha dado como fruto el campo de hoy", destacó el consejero.
Falleció el pasado mes de mayo, a los 52 años de edad, dejando una huella imborrable en la organización agraria Asaja y en el campo almeriense.
Premio de Andalucía Mundo Rural Vivo, Comunidad de Regantes Bajo Guadalquivir
Durante la gala de ayer el titular de Agricultura hizo también un recorrido por los pasos dados para que el sector agrario y pesquero preserven sus raíces, destacando que este camino ha venido acompañado de una fuerte apuesta por la modernización de las explotaciones, como en el caso de la Comunidad de Regantes del Sector B-XII del Bajo Guadalquivir (Sevilla) y su inversión “para ganar ese valor añadido que descansa en el uso eficiente del agua”. Es por ello que ayer fue distinguida con el Premio de Andalucía Mundo Rural Vivo.
La Comunidad de Regantes del Sector B-XII del Bajo Guadalquivir se constituye en 1980. Ejerce sus funciones en los términos municipales de Lebrija y Las Cabezas de San Juan, en Sevilla, ocupando una superficie de cultivo de 14.673 hectáreas, en la parte más meridional de la antigua marisma de la margen izquierda del Guadalquivir.
Los terrenos en los que se asienta constituían un gran estuario en la desembocadura del río, por lo que en su estado natural eran inviables para el cultivo, por su carácter salino-sódico. Entre los años 50 a 80, se someten a un proceso de transformación con la puesta en riego y la realización de infraestructuras de caminos y desagües para ser repartidos entre 1978 y 1980 a 1.142 agricultores en lotes de aproximadamente 12,5 hectáreas.
Esta comunidad de regantes asume la gestión plena desde la campaña 1981/82 hasta la fecha, realizando durante este periodo un gran esfuerzo por modernizar, mejorar y optimizar los recursos hídricos disponibles en cada campaña. El sistema de riego existente y la tecnificación del mismo han propiciado que en el sector sea una realidad la diversificación de los cultivos, con el incremento, cada año, de la superficie dedicada a cultivos hortícolas y su desarrollo a lo largo de todo el año. De este modo, han contribuido en gran medida a hacer realidad el relevo generacional, con la incorporación de jóvenes agricultores y la creación de empleo en la zona.
En definitiva, estos regadíos, como destacó la Consejería, han conseguido que el Sector B-XII sea un motor importante de la economía de Lebrija y su entorno, y se ha traducido en fijación de su población al territorio y en mantenimiento de una sociedad rural viva y cohesionada.
Adaptación a las exigencias futuras
Los Premios de Agricultura y Pesca, según apostilló el responsable del Gobierno andaluz, son un “fiel reflejo” de cómo “hemos sabido adaptar nuestra manera de producir a lo que en el futuro nos van a exigir el mercado, los consumidores y el medio ambiente”.
En este escenario, Rodrigo Sánchez puso el acento en la transición hacia la bioeconomía y el asentamiento de unas “bases sólidas” para la creciente integración de la digitalización en el sector agroalimentario. Todos estos mimbres, no obstante, requieren, desde la óptica del responsable autonómico, los “anclajes firmes” de una Política Agrícola Común (PAC) a la altura de Andalucía y su tejido social y económico, vinculado íntimamente a un sector agroalimentario que fija población.