En términos agrarios, 2016 no fue un buen año para la provincia, ya que cultivos en los que Sevilla es líder (como por ejemplo el trigo duro y el girasol) sufrieron un brutal descalabro en cuanto a los rendimientos en el campo y, por tanto, también respecto a la rentabilidad. Tras estos malos resultados está la meteorología pues el calor y la sequía, junto con las plagas, se convirtieron en el principal azote de los cereales de invierno y las oleaginosas.
Es la principal conclusión del análisis del sector en 2016 realizado por ASAJA-Sevilla, que refleja y explica en ABC la periodista Inma Lopera, y que pone de manifiesto la necesaria reducción de módulos en el IRPF en aquellos cultivos que han obtenido los peores resultados en el campo, con el objetivo de compensar los costes que tienen que asumir los productores.
Y es que el régimen de estimación objetiva agraria, o de módulos del IRPF, es el mayoritario entre los agricultores y ganaderos del país, y es el elegido por más de un millón de declarantes españoles. El análisis de ASAJA-Sevilla, como explica Inma Lopera, pone el foco en que, aunque climatológicamente el ejercicio 2016 fue similar al de 2015 respecto al calor y la sequía, «hubo adversidades puntuales más extremas (heladas en febrero y fuertes lluvias en el mes de mayo) que han marcado de forma importante el desarrollo de algunos cultivos».
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