A mediados de septiembre, apenas en los primeros compases de la campaña de verdeo y ante las malas perspectivas que ya auguraban una cosecha de aceituna muy baja,  ASAJA-Sevilla ya pedía a los productores que defendiesen «un precio razonable» para la aceituna.

Como publica la periodista Natalia Ortiz en ABC, ASAJA advertía, además, que había que evitar «irregularidades», siendo obligatorio el cumplimiento de la Ley de la Cadena, que exige un contrato en el que figure por escrito un precio referenciado que cubra los costes productivos.

Unos meses después, las advertencias no han servido para casi nada. Los industriales más potentes recogieron la aceituna sin fijar precio y es ahora cuando está habiendo conversaciones, y liquidaciones, de la aceituna entregada hace semanas.

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