Una campaña de aceite de oliva muy corta y de escasa producción, con datos que confirman hasta los aforos más pesimistas. Esa es la principal conclusión tras hacerse públicos los datos de la Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA) referentes a enero de 2023, como publica en ABC la periodista Natalia Ortiz.
«Con estas cifras, a falta de añadir las referentes a los primeros días de febrero, se puede dar por finalizada la campaña oleícola», detalla Rocío M. Gallardo, la responsable sectorial de ASAJA-Sevilla. Y las impresiones no hacen sino constatar lo que ya se preveía a principios de campaña: la falta de lluvias, con el déficit hídrico acumulado en una sequía que ya está durando demasiado, y las altas temperaturas de mayo y junio, que condicionaron la floración y el cuajado del fruto, han «condenado» la campaña.