La XXIX Jornada del Olivar de ASAJA-Sevilla, celebrada ayer, con la colaboración de la D.O.P Estepa, en la sede de Oleoestepa, supuso un marco incomparable para difundir ampliamente los resultados y las experiencias adquiridas en el marco del Proyecto Biolivar, que desde septiembre de 2022 se ha estado desarrollando para impulsar la sostenibilidad en el sector olivarero, mejorando la biodiversidad y reduciendo la erosión de los suelos.
La jornada fue inaugurada por el presidente de Oleoestepa, Jesús Juárez; el alcalde del Ayuntamiento de Estepa, Antonio Jesús Muñoz; el secretario general de Agricultura, Ganadería y Alimentación, Manuel Gómez Galera, y la presidenta de ASAJA-Sevilla, María Morales. Todos quisieron poner en valor el cultivo del olivar, “un cultivo en continua evolución que tiene que adaptarse a un verdadero cambio de paradigma, y en el que se necesita seguir investigando para conseguir esa sostenibilidad que es clave en la agricultura y que favorece la producción de alimentos saludables”, como afirmó el alcalde de Estepa.
En este mismo sentido se pronunció el secretario general de Agricultura, quien informó sobre la Estrategia Andaluza para el Sector del Olivar 2023-2027, “que va a suponer una mejora en la competitividad y la sostenibilidad tanto de las explotaciones olivareras como de la industria olivarera”. Este documento estratégico, que debe marcar las claves para la toma de decisiones futuras, contribuirá a la mejora de este sector, del que se busca impulsar la calidad diferenciada de la producción olivarera a través de las Denominaciones de Origen (DO), Indicaciones Geográficas Protegidas (IGP) y la Producción Ecológica, así como difundir el carácter saludable del aceite de oliva entre la población”, añadió.
Proyecto Biolivar para un olivar sostenible
Tras la inauguración, se presentaron los resultados del proyecto Biolivar, que ha logrado importantes avances en la mejora de la sostenibilidad de este cultivo, centrando sus esfuerzos en prácticas que favorecen tanto el medio ambiente como la rentabilidad.
En el grupo operativo que ha desarrollado este proyecto, coordinado por ASAJA-Sevilla, han participado el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), a través del Instituto de Agricultura Sostenible (IAS) y la Estación Biológica de Doñana (EBD); la Denominación de Origen Protegida Estepa (DOP Estepa); la empresa especializada en sostenibilidad y medio ambiente Evenor-Tech, ASAJA-Andalucía, Syngenta, la Universidad de Córdoba y la Universidad de Jaén. La colaboración entre estos actores ha sido clave para alcanzar los objetivos planteados y fomentar prácticas agrícolas que protejan el entorno natural y mejoren la calidad de vida en las zonas rurales.
Los beneficios de las cubiertas vegetales
Entre los logros más destacados del proyecto se encuentran la implementación de cubiertas vegetales, que no sólo mejoran la salud del suelo, sino que también incrementan la biodiversidad del ecosistema del olivar. Como explicó el investigador del Instituto de Agricultura Sostenible (IAS-CSIC) José Alfonso Gómez, “el principal beneficio agronómico de las cubiertas, a largo plazo, es el control de la erosión y mantener la capacidad de retener agua en el suelo”. En cambio, recordó que “hay que tener en cuenta que el principal factor limitante es la necesidad de equilibrar estas ventajas con el riesgo de competencia por agua con el olivo, y para ello hay que tratar de alcanzar un equilibrio entre estos dos factores”.
Asimismo, el investigador del IAS-CSIC recordó que, aunque las cubiertas son una herramienta útil, sólo funcionarán si se adaptan a nuestras condiciones. Por ello, una de las aportaciones al proyecto Biolivar ha sido la elaboración de una guía de cubiertas que ayude a los agricultores a la toma de decisiones para su implantación, según los condicionantes y particularidades de cada explotación. También se ha elaborado una guía informativa sobre la erosión del olivar, con la que se ayuda a evaluar a los riesgos y se ofrecen recomendaciones prácticas y técnicas para minimizarla. Ambas guías estarán disponibles en las próximas semanas.
La biodiversidad del olivar: qué nos dicen las hormigas y las aves
A continuación, los investigadores de la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC) Xim Cerdà y Ramón Soriguer abordaron la mejora de la biodiversidad del olivar en la comarca de Estepa en base a las experiencias del proyecto. Para poder conocer el estado de los ecosistemas, en este caso de los olivares, se requieren indicadores relevantes desde el punto de vista ecológico. En el proyecto Biolivar, además de estudiar las aves, se han estudiado las hormigas como indicadoras de diversidad.
Como explicó Cerdà, el objetivo ha sido comparar la biodiversidad en los diferentes tipos de cultivo de las fincas participantes (riego, secano y superintensivo), muestreando las hormigas mediante trampas de caída. Estos estudios han reflejado que la mayor diversidad de hormigas se encontraba en la finca de riego (16 especies diferentes), encontrando menos diversidad en la de secano (13 especies) y en la de superintensivo (7 especies).
En cuanto a las aves, los investigadores de la Estación Biológica de Doñana han observado que es el olivar de riego intensivo, con una diversidad intermedia, el que más cantidad de aves tiene. Como concluyó Ramón Soriguer, “al igual que ocurre con las personas en las ciudades, donde el factor clave es la diversidad de medios y recursos urbanos, en las aves, a la hora de conservar su diversidad y abundancia lo importante no es tanto el olivo ni el tipo de olivar, sino el conjunto de parcelas y tipología de olivar y cultivos en su conjunto, generando un mosaico de hábitat adecuado para darle acogida un mayor número de especies”
El olivar, gran secuestrador de CO2
Además, como se expuso en la Jornada, el proyecto Biolivar ha contribuido a la mejora del balance de carbono, estableciendo estrategias para capturar más CO2 en el suelo, que resulta fundamental en la lucha contra el cambio climático, como informó el profesor de la Universidad de Jaén Roberto García, quien comenzó su exposición recordando que en los últimos cien años la humanidad no ha dejado de consumir combustibles fósiles ni de emitir CO2 a la atmósfera, potenciando el cambio climático. “Si la Unión Europea pretende ser climáticamente neutra en 2050 y ciertas emisiones son inevitables, la única forma de compensar esas emisiones será cogiendo CO2 de la atmósfera y secuestrándolo en los suelos o en la biomasa”, afirmó García.
Para conseguir este objetivo, el olivar tiene un gran potencial. “Llegar a la neutralidad del carbono en el sector del olivar se puede conseguir haciendo que el olivar tome la mayor cantidad posible de CO2 de la atmósfera y, al mismo tiempo, que emita la menor cantidad de CO2”, añadió García. Para ello hay que utilizar prácticas de manejo que potencien el traslado de CO2 desde la atmósfera hacia el suelo y la biomasa y aprender a manejar las entradas y salidas de CO2 en nuestro cultivo.
Como ejemplo del potencial del olivar en el secuestro de carbono, el profesor de la Universidad de Jaén ofreció algunos datos obtenidos en el proyecto Biolivar: “Hemos visto que hay 160 toneladas de CO2 por hectárea almacenadas en las estructuras permanentes del árbol en las fincas seleccionadas del proyecto; en una cooperativa de 10.000 hectáreas, esto son 300 veces el CO2 que emiten durante un año todos los coches del municipio de Estepa”.
Innovación para mejorar la sostenibilidad
El encuentro contó también con la intervención del responsable de Relaciones Corporativas y Sostenibilidad de Syngenta, Francisco García, que abordó la importancia de la innovación para mejorar la sostenibilidad del olivar y, en este sentido, informó sobre el trabajo desarrollado por Syngenta para acelerar esta innovación con nuevas soluciones que permitan una agricultura más sostenible. Estas nuevas soluciones de Syngenta van encaminadas a facilitar la gestión y la toma de decisiones (Cropwise); a optimizar la nutrición, mitigar el estrés y minimizar las emisiones (bioestimulantes, Persicop); a optimizar la sanidad de los cultivos minimizando el impacto en el medio (biocontrol, Karate Trap B), y a mejorar los ecosistemas agrarios y cumplir con la PAC (Soluciones de sostenibilidad, Cubiertas vegetales)”.
Como afirmó García, “la tecnología está empujando la sostenibilidad, ya que puede ser usada para ayudar al agricultor a tomar las mejores decisiones y a seleccionar el producto más adecuado basado en su localización, en el manejo del cultivo, en la identificación de problemas y/o en los umbrales económicos”.
Por último, Francisco García aseguró que “desde Syngenta estamos poniendo el foco en el suelo, ayudando a conocerlo, con proyectos como el Biolivar, concienciando sobre sus conexiones con la salud y la rentabilidad de los cultivos y explorando las conexiones entre la innovación, la salud del suelo y la rentabilidad de los cultivos”.