El campo sigue necesitando agua. Como publica la periodista Inma Lopera en ABC, las últimas lluvias han conseguido aliviar la situación de los cultivos herbáceos ya implantados en el campo, pero no logran salvar los severos daños que venían arrastrando algunos trigos ante la escasez de precipitaciones tras las siembras.
De hecho, «el agua ha llegado tarde para muchas zonas del campo andaluz, donde se registran ya pérdidas irreparables del 25% en los cereales de invierno», lamenta en ABC el técnico de cultivos herbáceos de ASAJA-Sevilla, José Vázquez.
La situación es más preocupante en provincias como Sevilla y Cádiz (y algo más llevadera en Córdoba), donde los trigos han tenido un desarrollo anómalo, con pocas espigas, lo que redundará en una significativa merma de cosecha. De hecho, «en el cómputo de la comunidad, el rendimiento del cultivo no alcanzará siquiera, de media, los 3.000 kilos por hectárea», calcula Vázquez, «a pesar incluso de que las lluvias sean generosas durante el resto de la primavera».
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