La fiebre catarral ovina o lengua azul es una enfermedad vírica que afecta a rumiantes como el ovino y caprino y el vacuno, aunque este virus, transmitido por un mosquito, afecta especialmente a las ovejas, causando inflamación de las mucosas, hemorragias, edemas y llega a provocar la muerte en determinados casos.
De hecho, como publica la periodista Inma Lopera en ABC, en el año 2007, según recogían los periódicos locales, la virulencia del serotipo 1 produjo la muerte, en apenas tres meses, de hasta 16.000 animales en alguna de las cerca de mil explotaciones que existían en los municipios de la Sierra Norte de Sevilla, el 7% aproximadamente de la cabaña total de cabras y ovejas registradas en la zona, en una de las «mayores crisis» del ovino que se recuerdan desde entonces.
Después de los brotes de lengua azul registrados en distintas comarcas desde septiembre de 2014, Andalucía debe aplicar el programa nacional de vigilancia y erradicación de esta enfermedad, lo que obliga a vacunar al ganado ovino y bovino. No obstante, «las medidas de control y erradicación puestas en marcha por la Consejería de Agricultura, con la colaboración del sector ganadero y, especialmente, de las Agrupaciones de Defensa Sanitaria Ganaderas, han logrado que, a partir de 2020, la Sierra Norte de Sevilla quede exenta de vacunar el ganado contra la lengua azul», afirma el técnico de ganadería de ASAJA-Sevilla, José Manuel Roca.
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