La falta de mano de obra es uno de los problemas más graves a los que se enfrenta el sector agrario, más si cabe al terminar los meses estivales, cuando arrancan las tres campañas más importantes en la provincia de Sevilla y en otras zonas de Andalucía: el verdeo, la aceituna para molino y los cítricos.
Como publica la periodista Natalia Ortiz en ABC de Sevilla (adjuntamos el artículo en este enlace), con el objetivo de poner en marcha posibles soluciones, ASAJA-Sevilla asistió el pasado jueves a una reunión en la Subdelegación del Gobierno, donde pusieron en la mesa varias propuestas que pueden aliviar, y mucho, el gran problema del campo.
Para empezar, desde ASAJA descartamos por completo, por ahora, la idea de la contratación en origen. Si bien funciona perfectamente en provincias como Huelva, donde lleva años haciéndose, lo cierto es que en Sevilla tememos que no remedie del todo el problema, sino que se genere uno aún más grave si los extranjeros, una vez aquí, no cumplen las condiciones ni el contrato.
En cambio, sí proponemos poner el foco tanto en el ciudadano extranjero como en el nacional que está trabajando de manera irregular, o que ni siquiera está trabajando. «Proponemos que, mediante un contrato en el sector agrario, se suspenda su condición de ciudadano irregular», asegura en ABC Eduardo Martín, secretario general de ASAJA-Sevilla.
Para ello, explica, se va a empezar por hacer un «llamamiento» a los ciudadanos que están en Andalucía de manera irregular desde hace más de dos años. «Cuando pasa ese tiempo, se puede solicitar el arraigo por diversas causas familiares, sociales, de formación o sociolaborales, pero hay muchas personas que están aquí de esa forma y ni siquiera saben que pueden solicitar el arraigo formal», comenta Martín.
Lo primero que va a hacer ASAJA, por tanto, es solicitar la colaboración a los ayuntamientos de la comarca de La Vega del Guadalquivir, aunque la intención es llegar a todas las zonas de la provincia, para intentar llegar a esos extranjeros que, a pesar de estar irregularmente en el país, sí que están empadronados, por ejemplo, y ofrecerles la posibilidad de un contrato de trabajo que suspenda su condición de irregular.
Por otra parte, de manera conjunta con la Subdelegación del Gobierno y los alcaldes, ASAJA-Sevilla pedirá ayuda a las ONGs para captar a posibles interesados.
La segunda medida propuesta por ASAJA es que las ayudas agrarias no sean incompatibles con el trabajo en el campo. Es una realidad, comenta Martín, que el sistema de subsidios desincentiva a muchos trabajadores. «Hay gente que no quiere trabajar para que no se le suspenda la ayuda, o porque no le compensa… hay que acabar con eso», asegura. Por eso, reclamarán formalmente que los mayores de 52 años, que tienen derecho a un subsidio agrícola, puedan complementar dicha ayuda con un jornal en el campo. «Una persona de esa edad es la más valiosa en una explotación: tiene la tranquilidad, los conocimientos y el estado físico más apreciados para el sector», asegura Martín.
Por último, como tercera medida, desde ASAJA reclamamos que, al igual que se rebaja el número de peonadas necesarias para acceder a la renta y al subsidio agrario cuando hay circunstancias excepcionales, como pasó con la sequía, puedan variarse al alza. «Consideramos que la falta de mano de obra es una situación lo suficientemente grave como para que se modifique el número de peonadas, actualmente fijado en 30», insiste Eduardo Martín. Hasta el pasado 30 de junio, eran 10 peonadas las suficientes para cobrar la ayuda y el subsidio agrario, unos requisitos «ridículos» habida cuenta de que, en la provincia de Sevilla, hay 274 días laborables. No obstante, este último es un tema que depende al 100% del Gobierno.
ASAJA-Sevilla también pedirá colaboración a los ayuntamientos de los pueblos de la provincia para que no hagan llamamientos de empleo para obra pública municipal que coincidan temporalmente con campañas importantes en el campo (verdeo, aceituna para molino, cítricos y, en menos medida, almendra). «No tiene sentido, además, que ese tipo de trabajo municipal compute hasta por 15 peonadas para cobrar la renta agraria cuando existe un problema laboral tan grande en el campo», comenta Martín.