El proyecto LIFE AGROMITIGA (Development of climate change mitigation strategies through carbon-smart agriculture) que, coordinado por la Asociación Española de Agricultura de Conservación – Suelos Vivos (AEAC.SV), cuenta con la participación de ASAJA-Sevilla, pretende promover conceptos y prácticas agrícolas sostenibles aplicables tanto a nivel local como europeo, mediante el desarrollo de herramientas y actuaciones que potencien la capacidad mitigadora del suelo como sumidero de carbono.
La agricultura de conservación (AC) desempeña un papel primordial para la consecución de este objetivo, implantando, tanto en cultivos herbáceos como leñosos, técnicas que mitigan el cambio climático incrementando el efecto sumidero de carbono en el suelo, al mismo tiempo que logran reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), en especial CO2 y N2O.
La FAO sostiene que “el objetivo de la agricultura de conservación es lograr una agricultura sostenible y rentable y en consecuencia dirigida al mejoramiento del sustento de los agricultores mediante la aplicación de sus tres principios: una perturbación mínima del suelo, cobertura permanente y rotación de cultivos”.
La agricultura de conservación introduce cambios en la dinámica del carbono del suelo y favorece su secuestro. El no laboreo y la permanencia de restos vegetales conllevan una reducción en la tasa de descomposición de los residuos del cultivo precedente, una disminución de la mineralización de la materia orgánica, debido a una menor aireación y menor accesibilidad de los microorganismos, y un incremento del carbono del suelo, que se ve incrementado por los residuos que quedan en superficie una vez realizada la cosecha.
Con la agricultura de conservación se disminuye la contaminación atmosférica al eliminar la quema de rastrojos y restos de poda, y se optimiza el uso de insumos (gasoil, abonos, fitosanitarios, etc.), reduciendo así también las emisiones de CO2.
El proyecto LIFE AGROMITIGA, que finalizará en diciembre de 2022, contempla la creación de una metodología para cuantificar y evaluar esos incrementos de carbono y decrementos de emisiones de GEI, que esperamos pueda aplicarse a escala regional y que aporte datos aplicables a políticas y estrategias de la Unión Europea.