Cultivar la tierra con buenas prácticas agrícolas como las de la agricultura de conservación, que frenen la erosión del suelo y reduzcan las emisiones contaminantes, contribuye a la sostenibilidad ambiental, pero además puede suponer una nueva fuente de ingresos para el agricultor, a través de los créditos de carbono. Como publica la periodista Inma Lopera en ABC, se trata de instrumentos económicos contemplados en el Protocolo de Kioto para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), tal y como se ha explicado en la jornada organizada por ASAJA-Sevilla en la Galería de ABC bajo el título: «La Nueva PAC 2023-2027: Rentabilizando la Agricultura de Carbono».
La directora de Marketing y Comunicación de Agoro Carbon AllianceEuropa, Ana Isabel Nogales, ha sido la encargada de explicar cómo funcionan estos créditos de carbono, señalando que cada uno «equivale a una tonelada de CO2 que se ha dejado de emitir a la atmósfera y se utiliza para compensar las emisiones en otros ámbitos». Es decir, «empresas que están excediendo la cantidad de GEI necesitan compensar esas emisiones y, para ello, pueden acudir a los créditos de carbono». Estos créditos funcionan en dos tipos de mercado: regulados y voluntarios o de compensación, apuntando que «la Unión Europea está hablando de regularizar el mercado de carbono en Europa, y posiblemente a finales de este año veamos algún avance al respecto».
Adjuntamos el artículo completo: ABC_Creditos_carbono