El estado fenológico del cultivo del olivo se encuentra, en términos generales, en el estado H, conocido como endurecimiento de hueso.
Según informa la Red de Alerta e Información Fitosanitaria de Andalucía (RAIF), en cuanto al estado fitosanitario del cultivo, cabe destacar la finalización de la plaga de Prays oleae, con la última generación de este insecto. Es importante mencionar la baja presencia de esta plaga durante sus tres generaciones, lo que ha permitido evitar tratamientos en muchas zonas de la provincia de Sevilla. Esto puede deberse, entre otros factores, a las olas de calor de los últimos años, que han reducido considerablemente la población de este insecto en algunas áreas.
Otra plaga que ha finalizado su ciclo es la Euzophera pinguis, también con una baja incidencia.
La plaga más importante y preocupante en el cultivo del olivar es la mosca del olivo, Bactrocera oleae. Según la Guía de Gestión Integrada de Plagas del cultivo, es crucial instalar trampas alimenticias (mosqueros McPhail) y sexuales (placas engomadas amarillas) para su seguimiento. En la GIP, de obligado cumplimiento según el RD 1311/2012, se destaca la importancia de implementar medidas culturales y medios biotecnológicos antes de recurrir a tratamientos químicos. Para reducir las poblaciones, se puede utilizar el trampeo masivo, labrar el suelo bajo la copa de los olivos después de la recolección puede disminuir la población de pupas invernantes, o bien adelantar la recolección de la cosecha para minimizar los daños causados por la mosca del olivo.
Una medida preventiva para controlar su ataque es el uso de productos hidrofílico y químicamente inertes que forman una película blanquecina protectora sobre las plantas, causando confusión visual en los frutos y evitando la picada. El momento de aplicación inicial es previo a los meses estivales y a la aparición de la mosca.
Una vez llevadas a cabo todas estas medidas, se debería recurrir al control químico. Se recomienda la aplicación terrestre por parcheo, pulverizando aproximadamente el 25% de la explotación con una solución compuesta por un cebo atrayente (proteínas hidrolizadas) y un insecticida autorizado específicamente para este uso. Antes de realizar un tratamiento fitosanitario, es indispensable conocer la situación actual mediante muestreos semanales, evaluando tanto las capturas de adultos en trampas (mosqueros cebados con fosfato biamónico y placas cromotrópicas amarillas con feromonas) como los porcentajes de picada total y picada viva.
Por último, es importante mencionar otra plaga que puede afectar a plantaciones jóvenes: la cigarra, Cicada barbara. Esta plaga pone sus huevos en el tallo principal, lo que puede secar el tallo y, consecuentemente, dañar el olivo joven. Es crucial proteger la plantación durante los primeros meses con mallas o mediante los tratamientos con productos repelentes mencionados anteriormente.
Desde el proyecto GIP de fincas demostrativas en Andalucía, perteneciente a la RAIF, se impulsa la divulgación de técnicas sostenibles de Gestión Integrada de Plagas. Para ello, se producen y difunden vídeos grabados por técnicos, donde se explican y demuestran estas medidas preventivas.
Vídeo demostrativo del cultivo de olivar de la parcela GIP situada en Sevilla.
Canal de YouTube de la Consejería de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural