El fallecimiento de D. Manuel Clavero Arévalo deja huérfano al campo andaluz, que siempre encontró en él un referente, un aliado y un apoyo en todas las causas y conflictos en los que se ha visto inmerso en los últimos 50 años.
El profesor Clavero, padre de la España de las autonomías y de la Andalucía moderna, dejó también su impronta en el sector agrario andaluz, donde tuvo un papel destacado en los años 80, y contribuyó significativamente a fijar el modelo de región que sería Andalucía, en todos los aspectos, incluido el económico.
Fue precisamente en esa década, cuando atendiendo a la demanda de ASAJA, entonces FASAGA, Clavero Arévalo encabeza el equipo de juristas que colaboran con la organización agraria ASAJA para frenar y revertir la anacrónica y decimonónica Ley de Reforma Agraria que, con trazo grueso y poco tino redactó el Gobierno de Rafael Escuredo en unos años en los que España y Andalucía se preparaban ya para su incorporación a la Unión Europea.
Con su clarividencia, Manuel Clavero Arévalo entendió que las reformas que necesitaba el campo andaluz vendrían de Europa, y no de una reforma agraria trasnochada y caprichosa, por lo que trabajó codo con codo con los servicio técnicos y jurídicos de ASAJA para parar ese despropósito en los tribunales.
Como el tiempo se ha encargado de demostrar, el campo andaluz es hoy un modelo de éxito en todo el mundo y como Clavero Arévalo defendía, la modernización del sector agroalimentario andaluz llegó con nuestra incorporación a la Unión Europea.
Es de recibo que hoy, en el día en el que Andalucía llora su pérdida, recordemos esta importante contribución a la modernización de la agricultura andaluza, que a Clavero Arévalo le valió el ser distinguido con la medalla de ASAJA-Sevilla en el homenaje que se tributó a los fundadores en 2007.
El presidente de ASAJA-Sevilla y ASAJA-Andalucía, Ricardo Serra, quiere recordar hoy su buena disposición, su apuesta por la modernización de Andalucía y sobre todo su compromiso con la justicia y la igualdad, que le llevó a encabezar innumerables causas difíciles, entre ellas, la defensa del sector agrario andaluz ante la anacrónica, delirante y extemporánea Ley de Reforma Agraria.