El pasado 15 de junio se cerraba el plazo de presentación de las ayudas europeas de la Política Agraria Común (PAC) 2015-2020 para los agricultores y ganaderos andaluces, en una campaña bastante accidentada por los retrasos de normativas y otro tipo de incidencias que han empañando el primer año de su implantación.
Como publica la periodista Inma Lopera en ABC, "zancadillas aparte", mientras que el campo andaluz continúa su adaptación al nuevo sistema de pagos directos, en la Unión Europea se empieza a trabajar en la PAC post 2020, y los agricultores de los distintos estados miembros empiezan a plantearse cuáles serán sus líneas rojas en materia agraria para la próxima reforma.
El debate está abierto. De hecho, en última reunión del Comité de Organizaciones Profesionales Agrarias de la Unión Europea (COPA-Cogeca) se debatió sobre la futura reforma y se puso énfasis en «la necesidad de dirigir la agricultura y la PAC hacia el mercado, con el objetivo de que una parte importante de la renta que reciban los agricultores venga de la venta de sus productos y para poder frenar la volatilidad de los mercados», señala Ricardo Serra, presidente de Asaja Sevilla, Asaja Andalucía y vicepresidente del COPA-Cogeca.
Como recoge ABC, la competitividad de la agricultura andaluza y nacional podría verse amenazada ante el riesgo de «una progresiva reducción del peso del presupuesto de la política agraria de la Unión Europea ante los crecientes desafíos de gasto para Europa, como por ejemplo la inmigración», indica Serra, por lo que añade que «defender un presupuesto adecuado al peso que tiene la agricultura en la UE será la primera batalla que tendremos que ganar los agricultores españoles durante el próximo año».
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