Los cultivos herbáceos tienen un importante peso dentro de la superficie agraria útil andaluza, con 1,5 millones de hectáreas, de las que aproximadamente el 80% se desarrollan en secano. Como explica la periodista Inma Lopera en ABC, dentro de los herbáceos de secano, el trigo (duro y blando) y el girasol son las principales producciones y las rotaciones prioritarias en las explotaciones agrarias de campiña.
Se trata, además, de cultivos en los que el campo sevillano es líder nacional, pues Sevilla es la mayor productora de girasol de España y de trigo duro. Ambas producciones comparten una última campaña (2016) desastrosa, donde el calor y la sequía, junto con las plagas, se convirtieron en el principal azote de los cereales de invierno y las oleaginosas, llevando al trigo y al girasol a un brutal descalabro en cuanto a los rendimientos en el campo y, por tanto, también respecto a la rentabilidad. Una crisis que en el caso del trigo tuvo su principal foco en el ataque del conocido como mosquito del trigo (Mayetiola destructor), que provocó pérdidas de hasta el cien por cien de las cosechas en algunas de las explotaciones de la campiña sevillana.
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