En las primeras semanas de mayo comenzará la recolección de patata temprana, o nueva, de la que Sevilla es la principal provincia productora de España, como publica la periodista natalia Ortiz en ABC. Según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente, hay 4.176 hectáreas de este cultivo y la producción de 2017 fue de unas 161,539 toneladas.
La mayoría de esta patata está destinada a la exportación, dando lugar a una situación que Asaja Sevilla denuncia desde hace años: la patata nueva sevillana va a los mercados europeos, mientras que las grandes cadenas de distribución españolas sacan al mercado patata lavada o de conservación o, lo que es lo mismo, patata vieja francesa que ha estado durante ocho meses en cámaras frigoríficas y que ha perdido gran parte de sus propiedades.
Nuestra mejor patata va a Europa y aquí nos traemos la vieja francesa
«Es insostenible que llevemos a Europa nuestra mejor patata y que aquí nos quedemos con una patata que ya es vieja», insiste en ABC Ricardo Serra, presidente de Asaja Sevilla. Por ello, para concienciar a los consumidores y a los puntos de venta de la diferencia entre los dos tipos de patata, la patronal agraria, en colaboración con la Diputación de Sevilla y coincidiendo con la campaña de recolección, que se prolongará hasta junio, va a llevar a cabo acciones de promoción de este cultivo para difundir las cualidades saludables y organolépticas de la patata nueva y, sobre todo, para que la sociedad aprenda a distinguirla de la patata vieja.
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