La campaña agrícola 2018 ha estado marcada en la provincia de Sevilla por los retrasos en la maduración de los frutos, en las recolecciones y también en las siembras de cultivos de invierno como consecuencia de la meteorología y por el hundimiento de precios en productos en los que el campo provincial es líder productor. Como publica la periodista Inma Lopera en ABC, es el caso de la aceituna de mesa, un cultivo muy afectado también como consecuencia de las barreras comerciales vigentes en un mercado prioritario para el sector como es Estados Unidos, y de los cereales de invierno (trigo duro y trigo blando) y de primavera (maíz), además de las oleaginosas como el girasol.
Por esta razón, ASAJA Sevilla solicitó a principios de este año 2019 al Ministerio de Hacienda la reducción de los módulos de IRPF (Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas) vigentes para éstos y otros cultivos perjudicados por distintas adversidades en la provincia, como la naranja, la patata o el tomate de industria. En el Reglamento del IRPF, aprobado por el Real Decreto 439/2007, de 30 de marzo, se establece que cuando el desarrollo de actividades económicas, a las que fuese de aplicación el método de estimación objetiva, se viese alterado por incendios, inundaciones u otras circunstancias excepcionales que afectasen a un sector o zona determinada, el Ministerio de Hacienda podrá autorizar, con carácter excepcional, la reducción de índices o módulos.
La respuesta a esta petición de rebaja fiscal llega «con luces y sombras», según explica el secretario general de ASAJA Sevilla, Eduardo Martín, por lo que no ha gustado al sector productor. En primer lugar, la patronal agraria critica «la tardanza» con que llega esta respuesta, ya que «ha pasado más de un mes desde el arranque oficial del plazo de presentación de la campaña de la Renta, por lo que muchos agricultores y ganaderos ya habrán presentado su declaración y se verán obligados ahora a hacer una complementaria». En segundo lugar, reprueba «la falta de sensibilidad» del Gobierno central con la difícil situación por la que están pasando los productores de cereales (como el trigo y el maíz) y de oleaginosas (girasol), que llevan «varias campañas consecutivas con pésimos resultados».
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